Construyendo una identidad institucional sólida

Para construir una identidad institucional, no se debe tapizar a la empresa de su propio logo, ni buscar utilizar solo los colores de la empresa. Se trata de construir una imagen de lo que debe ser la empresa a través de representaciones verbales y no verbales para que constantemente se reitere su esencia. Para eso la empresa tiene que asegurarse de conocer quienes son y que sus empleados y proveedores lo sepan.

Para solidificar una imagen institucional satisfactoriamente primero se tiene que conocer a la empresa, saber qué es lo que la hace común y que la hace o podría hacerla única. Una razón más para definir la misión, visión y valores de la empresa que tanto se pide al momento de crear una empresa, y que muchas de éstas se lanzan al ruedo sin tenerlas.

Para saber si esta información la conocen los empleados es muy fácil, todo es PERCEPCIÓN, se puede comenzar preguntando cuál es la razón de ser de la empresa (qué es, qué hace, cómo lo hace) y si creen que en todas las ocasiones estas tres cosas se realizan adecuadamente en las funciones de dicha empresa. Si la empresa está muy bien definida en palabras y acciones, seguramente los empleados utilizarán los mismos términos o palabras para describirla. Eso sería estar en un mismo canal. Si los empleados no definen bien a la empresa, el problema es más del dueño y directivos de la empresa que los empleados entrevistados.  

¿Quiénes son AHORA?

Si bien sus fundadores pueden aportar la razón de existir de la empresa, son las experiencias adversas y desafortunadas las que forman parte de su identidad, y las que definen lo que es la empresa al día de hoy. Las experiencias van forjando un semblante de quienes son y como sobrellevan los buenos y malos tiempos, por lo que siempre estará en constante evolución.

Cuando se enfrentan nuevos acontecimientos, actualizaciones de productos o servicios, empresas de competencia fuertes, es cuando esta imagen institucional es importante tanto para los trabajadores de ese lugar, como para las personas que le compran a ésta. Su identidad debe recordar de lo que están hechos, y darles la fortaleza necesaria para seguir adelante, eso es lo que hace a las empresas fuertes, y a los empleados y proveedores leales.

La COHERENCIA como cualidad

Tener definida la identidad institucional ayudará a tener esta cualidad en la empresa, ya que con esto siempre se buscará actuar en consecuencia a su razón de ser y valores. Todas sus acciones serán realizadas sin producir algún tipo de contradicción u oposición entre ellas.

La coherencia es la solidificación de la imagen institucional, lo que generará confianza entre sus trabajadores y después en su público externo, convirtiéndose en una disciplina para después considerarla como parte de la empresa.

Los VALORES de la empresa

Muchas empresas tienden a plasmar su misión y visión y se quedan sin definir sus principios y valores, siendo estos un motor de arranque para iniciar la empresa, así como una lista de requisitos para contemplar en los trabajadores que estarán colaborando en ella.

• ¿De qué sirve que uno de tus valores de empresa sea la honestidad si tienes a uno de tus mejores vendedores diciendo mentiras?
• ¿Para qué lidiar con impuntualidad en empleados -de horarios de oficina y entregas de trabajo- si uno de los valores de empresa es la puntualidad?
• ¿Cómo lograr la transparencia que se predica practicar en una empresa si sus empleados no se quieren compartir información internamente?

La lista podría ser interminable, pero creo que con estos ejemplos queda clara la importancia de establecer valores y fijarse siempre que se estén cumpliendo, tanto en procesos como en las cualidades de las personas que se contratan.

COMUNICACIÓN a los públicos (internos y externos)

Los fundamentos de la empresa (misión, visión, valores, procedimientos, entre otros) deben de estar en algún lugar por escrito y con un fácil acceso para sus empleados y proveedores. 

Es requisito que toda persona nueva que entre a esa empresa conozca este escrito con el objetivo que se tome acción para llegar a las mismas metas institucionales así como se comporte como se espera dentro de ella.

La rectitud de cómo se lleven a cabo los procedimientos en la empresa se reflejará al exterior, acompañado del conocimiento de sus propios empleados y proveedores que vivirán el estilo de la empresa en su propia vida. Aquí es cuando aplica el: las personas no trabajan por dinero, trabajan por un propósito en común. Para ejemplos tenemos muchos, desde Disney hasta Japón como país. 

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